"Nada que se hace sin pasión vale la pena" - Ernesto Sábato

7 de mayo de 2013

“El Huevo” Medina… el ídolo, el campeón, el luchador, el amigo y el papá orgulloso


Seguimos recordando a grandes basquetbolistas que han hecho historia en nuestro basquetbol. Hoy vamos a recordar a un grande también, que ha sabido de victorias en Salto, en Montevideo, y en algunos país de Latinoamérica, que la ha peleado en Argentina y que hoy en día, ya en nuestro departamento de nuevo, se dedica a la docencia de este deporte que tanto le apasiona y que tanto ama, nuestro elegido para recordar, es Miguel “El Huevo” Medina.
Los inicios de Miguel Medina fueron en el club Ferro Carril. Su madre era una destacada basquetbolista de Salto y su padre también era un destacado futbolista de nuestro departamento; ambos jugaron toda su vida en Ferro, y ahí fue donde vivieron casi toda su infancia Miguel y sus dos hermanos.
En el año 1975 todo cambio para Miguel, su vida en general; en ese año… él fue tocado por la varita mágica de Omar561186_3565589590591_588676672_n“Chumbo” Arrestia, quien lo eligió para ser uno de los integrantes del plantel de Hebraica y Macabi. Es así como a los 16 años de edad deja de jugar en el club de sus amores, para embarcarse en la aventura de jugar al básquetbol en la capital del país, junto a uno de sus máximos ídolos.
En una entrevista con Miguel Medina, nos expresó que siempre recuerda y lo cuenta como anécdota que “El Chumbo me dijo ese día que me fue a buscar a casa, vamos a sacar campeón a Macabi este año, y yo le creí, es el sueño de todo chico que un grande como lo fue él te dijera eso, era un sueño hecho realidad.”
Es así como “El Huevo” llega a jugar a Hebraica. Este primer año sin dudas que fue muy positivo para él, comenzó en las formativas del club “Macabeo” y formó casi todo el año 75 parte del plantel de primera. “A los 17 años debuté con Macabi, ese mismo año, salimos campeones y recuerdo que “El Chumbo” fue premiado como el mejor jugador del torneo y yo fui el jugador revelación”
El año 1976 no fue uno de los mejores años para Hebraica, logrando el tercer puesto del Campeonato Uruguayo. En 1977 Miguel apostó un año más al equipo “Macabeo” y no se equivocó con esta elección, ya que en este mismo año, logró junto al equipo una histórica campaña que hoy en día es recordada por muchos, aquella final del año 77 donde Hebraica se enfrentaba a Aguada, aquella final que “El Chumbo” quedó sin jugar por una suspensión, aquella final donde Miguel y el equipo de Hebraica disputaron cuatro partidos de finales sin la gran estrella uruguaya. “Siempre me acuerdo que en esa final Omar no quería que nadie jugara con su camiseta que era la Nº 8, entonces me la dio a mi para que yo jugara con su camiseta.” – expresó Medina
Ese mismo año (1977) “El Huevo” forma parte de la Selección Uruguaya de juveniles y sale campeón del sudamericano que se disputó en Ecuador y del Panamericano que se jugó en Brasil.
Hasta el año 1980 jugó en Hebraica y Macabi. En 1981, reforzó a Sporting en la liguilla. En ese momento quien era director técnico de Sporting, comenzó a dirigir a Cordón que había descendido a la “B”, de esta manera es que comienza a jugar en el equipo albiceleste, logrando el ascenso ese mismo año.
Desde 1982 hasta 1984 Miguel estuvo jugando en el equipo de Cordón, hasta que en el 84, la Liga Argentina de Básquetbol comienza a reclutar algunos jugadores de Uruguay para reforzar equipos integrantes de la liga. En ese momento se jugaban regionales, el TNA, entre otros campeonatos, es así como estuvo cinco años recorriendo Argentina en diferentes equipos. San Salvador de Entre Ríos fue el primer equipo en el que jugó en el vecino país, luego pasó a jugar dos años en Central Entrerriano, después el Atlético Brown de Santa Fe lo compra para que forme parte de su plantel, ahí estuvo jugando un año y ocho meses hasta que lo compró el Atlético Rafaela, pero por un tema de reglamento, no pudo jugar ya que este permitía solamente un extranjero y en ese momento había dos. Según nos cuenta Miguel en esa época “no me fue muy  bien, pero sí he aprendido mucho no solo del deporte, sino que también de la vida, he aprendido a tomar decisiones y eso es muy importante.”
Después de esta experiencia vivida en Argentina, en el año 1988 y 1989, Miguel decide volver a Salto, es cuando surge la propuesta de jugar en el equipo de Universitario, pero Macabi le ofrece para ser parte del equipo nuevamente, y Miguel sin dudarlo aceptó la propuesta del equipo capitalino.
Después de estos últimos dos años, Miguel Medina vuelve a Salto, pero esta vez para quedarse, en su regreso jugó en Ferro Carril, logrando el Campeonato Salteño y luego para finalizar su carrera jugó dos años en Círculo Sportivo, también logrando ser en ambos años Campeón Salteño.
“En ese interín tuvimos la oportunidad de jugar y de ser campeones de los Campeonatos Nacionales con la Selección de Salto en los años 90, 91 y 92,  era aquella época que jugaba con Ramiro Cortés, con Guardia, con los hermanos Vargas y Toriani, entre otros grandes compañeros. Fue una generación muy linda que tuvo la Selección de Salto, logramos títulos de mucho valor para Salto, que hasta el día de hoy se los sigue recordando.” – expresó Miguel
En el año 1990 también tuvo la oportunidad junto a Sergio González de dirigir a la Selección de Salto en categoría Sub 16, logrando el Campeonato Nacional dos años consecutivos.
En el año 1994, comenzó a dirigir las formativas en Ferro Carril, también luego lo hizo en Universitario por un par de años y después hubo un tiempo donde no se dedicó al básquetbol. En el 2003 de la mano de Hugo Adolfo Sagaría, Miguel regresa al basquetbol para formar parte del cuerpo técnico de Salto Uruguay, quien comenzaría a disputar la Liga Uruguaya de Básquetbol, logrando el título en el 2004. Estuvo dos años más en Salto Uruguay dirigiendo a las formativas del club.
OMAR ARRESTIA: SU ÍDOLO
En la entrevista con Miguel Medina, él nos hizo saber que “El Chumbo” fue siempre su ídolo, nos contó como lo conoció y algunas experiencias vividas con él.
“Siempre me acuerdo que yo vivía por calle 19 de abril a la altura del 1400 y el querido “Chumbo” se crió por la misma calle pero a la altura del 1300. Cuando llegaba a Salto, era el comentario en toda la ciudad y más en el barrio que “Arrestia había llegado”, él era el ídolo de muchos yo siempre lo veía pasar por mi casa pero él nunca me saludaba.  Un día de sorpresa llega a mi casa, lo atendió mi padre, porque yo no estaba en ese momento, lo hizo pasar y en cuanto entro lo primero que le dijo fue “me vengo a llevar a tu hijo para jugar en Montevideo” y cuando yo llego me dice “mirá que te vas conmigo para jugar en Hebraica”, en ese momento mi mamá me mira y me pregunta si yo quería ir y sin dudarlo le dije que sí. En esa época jamás en mi vida había viajado a Montevideo, fueron momentos muy duros porque antes no había la comunicación que hay hoy en día pero siempre tuve el apoyo del querido “Chumbo”.
“Quizá hoy en día soy una de las personas más autorizadas en hablar sobre “El Chumbo”, porque yo lo viví dentro de la cancha y fuera, aprendí muchas cosas con él. Omar me enseñó a jugar a como jugar con él, porque una cosa es jugar al básquetbol y otra cosa es jugar con una figura. Traté de entenderlo mucho, y esa era mi preocupación siempre. Lo que le gustaba de mi juego era mi agresividad para jugar, muchas veces me mandaba a la guerra, porque sabía que yo iba a responder, él confiaba mucho en mí y yo a él siempre le he respondido.” – nos conto Miguel.
“EL HUEVO” MEDINA INTEGRANTE DE LA SELECCIÓN DE SALTO
Miguel Medina tuvo mucho tiempo jugando en la Selección de Salto desde el año 1974 hasta el año 1993, solamente un año no pudo formar parte de la selección debido a que estaba en Argentina y no pudo representar a Salto debido a los compromisos que tenía.  En todos estos años, logró obtener Campeonatos Nacionales, Litorales, fue técnico de la selección, todos los procesos los ha vivido, ha ganado, ha perdido, descendido, subido, vivió cada una de las épocas de la selección.  “La selección para mí y el valor que tenía jugar por Salto, para mí era muy importante, y es lo que rescato de todos los que vivimos esa época.  Siempre recuerdo que a Ramiro Cortés lo llamábamos y el siempre estaba, a Juan Toriani lo levantábamos en la ruta para ir a jugar por Salto, nos moríamos por jugar y por estar juntos.”
SU PASIÓN POR EL BÁSQUETBOL, SU ÉPOCA COMO DT Y COMO PAPÁ
Al finalizar la entrevista con Miguel Medina, le preguntamos “Qué significaba el basquetbol en su vida y como se siente al tener a sus hijos en un lugar de privilegio como están ambos hoy en día en el básquetbol Uruguayo” y él nos contestó que el básquetbol es “mi pasión, el básquetbol me dio todo, me dio hoy por hoy quien soy, me dio posibilidades importantes, es algo que lo tengo en mi corazón, y trato de transmitir esto, mas que nada a mis hijos. Con respecto a cómo me siento por todo lo que han logrado mis hijos, me siento muy orgulloso, es una satisfacción doble, que ellos estén jugando este deporte que tanto amo, y que sean reconocidos por lo que son, me siento muy orgulloso de ellos.”
Sin dudas que una gran historia deportiva la de Miguel Medina, una historia que nos enseña muchas cosas, y que nos demuestra que los sueños siempre se pueden cumplir.”
EL PUEBLO, tuvo la oportunidad de entrevistar también a Valentín Luzuriaga, quien recordó su época con su “ídolo” como él le dice a Miguel Medina, estas eran las palabas de Luzuriaga…
“El primer ídolo que tuve era Miguel, me encantaba verlo jugar, no lo podían marcar y siempre hacia de a 30 puntos todos los partidos. Yo tenía 14 años y practicaba con la primera porque vivía en el club siempre. El año que debuté en primera tenía 15 años, me acuerdo que entré y tiré una pelota que no debía y Miguel me dio mi primer reto en el básquetbol y con razón. Antes de empezar los entrenamientos jugábamos siempre algún mano a mano y yo me sentía feliz porque él era mi ídolo y jugaba conmigo. Sin dudas que es un crack, hoy en día tenemos una gran relación de amistad y lo que me reconforta mucho es que Miguel siempre llevó a Octavio (su hijo) al club en el que yo estaba entrenando.”
EUGENIA AGUIRRE NESSI

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